Todos pasamos por momentos difíciles, todos tenemos que enfrentarnos a tiempos amargos y dolorosos. Todos alguna vez sentimos que el mundo está al revés, que es cruel y que no podemos hacer nada para arreglarlo. A Todos nos afecta el sufrir de las demás personas, y nos aflige aún más si son estas a las que queremos y amamos. Todo esto es normal en la condición humana.
Sin embargo, nunca hay que olvidar esto: Todos tenemos a alguien que nos conoce a la perfección, nos quiere, nos ama y sabe perfectamente que hacer para aliviarnos. ¿Cómo nos alivia? Una manera es, mediante Grandes Amigos. Él nos envía a personas especiales para que estén con nosotros en el momento en que más lo necesitamos; compartan sufrimientos, que entre dos se divide a la mitad; compartan alegrías, que entre dos no se divide, se duplica. Todo esto TAMBIÉN es normal en la condición humana.
Por esa razón, estoy muy agradecido con Dios porque tú eres una de esas personas especiales que Él ha creado y me ha enviado. Y tanto Él como yo, siempre estaremos muy pero muy pendientes de ese TESORO que ha formado.
Dios nos alivia con personas especiales, y tú estás rodeada de muchísimas personas que se interesan por ti. En mi caso, quiero que sepas que siempre estaré ahí para escucharte y ayudarte cuando lo necesites. Necesitas un amigo, hay yo estaré; Necesitas un camino, yo lo pintare; y si alguna vez necesitas un abrigo, entre mis brazos estará. Nunca olvidare (y tampoco quiero que olvides) todo el cariño que te tengo y que por siempre te tendré. Y aunque a veces no lo demuestro como quisieras y puede parecer que me porto un tanto indiferente, eres una persona muy importante para mí y siempre te deseare lo mejor.
Para la que es y siempre será MI GRAN AMIGA
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