sábado, 23 de enero de 2016

DECISIONES

¿No quieres escoger entre un camino y otro? ¿Quieres evitar las tensiones y amarguras que trae una mala decisión? ¡Imposible! Todos tomamos decisiones a diario, sean estas simples como que ropa me pondré hoy, o complejas como que quieres hacer por el resto de tu vida. No puedes escapar de ellas, es algo con lo que tienes que enfrentarte. ¿Te gustaría meter tu cabeza en un agujero y pensar que no te acecharan? No puedes huir de ella y creer que sentirás alivio, ese mismo alivio que puede sentir un venado cuando ha escapado de las garras de un León. No, algún día te atraparan y tendrás que enfrentarte a ese León que te quiere despedazar, que te quiere tener entre sus fauces y devorar todo de ti. En ese momento tendrás que cargar con las consecuencias de haber elegido entre correr a la izquierda o correr a la derecha. Te preguntaras: ¿Que hubiera sido mejor? ¿Hubiera sido mejor quedarme quieto y dejar que me despedazara hasta que no quedara nada de mí?

No es que no quiera tomar mis propias decisiones, es que a lo largo de la vida me he caído y raspado una y otra vez con el piso áspero de una mala elección que no creo que pueda escoger un buen camino, no creo que pueda elegir algo que no me dirija hacia un abismo de remordimientos y de frustraciones. No quiero cargar con eso en mi espalda, no quiero mirar hacia atrás y ver constantemente la cara horrible del fracaso señalándome una y otra vez.

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